Algunas veces la creatividad es simplemente algo innato en las personas, aunque es importante decir que los avances tecnológicos ayudan a estimularla en gran medida. Al menos así lo han demostrado grandes creativos con la creación de distintos productos tecnológicos de gran utilidad.
Un caso muy interesante es el de un niño boliviano llamado Leonardo Viscarra quien nació sin una mano y gracias a su creatividad y descubrimientos tempranos decidió fabricar su propia mano robótica.
Este joven, con no más de 16 años, cuenta que descubrió la tecnología por mera casualidad en el momento que rompió un coche de juguete cuando era un niño, con un tanto de curiosidad se dedicó a analizarlo y comprender en que consistía su funcionamiento.
“Yo le tiré una piedra y el carro se rompió, allí pude ver la placa y los motores. En ese entonces tenía 8 años” cuenta el pequeño investigador y muy precoz amante de la tecnología quien además asegura que ese hecho fue al desencadenante de sus logros.
Así mismo, empezó lo que sería la creación de uno de sus inventos más importantes: una mano robótica para él mismo, la cual finalmente logró materializar con la ayuda de una impresora 3D.
La historia de la ausencia de su mano izquierda se remonta a cuando ni siquiera había nacido, estando en el vientre de su madre la mano se le quedó enredada en la placenta y no se pudo desarrollar del todo. Luego de eso le diagnosticaron lo que se conoce como síndrome de la banda amniótica.
Su nueva e innovadora mano, está hecha de termoplástico y funciona con hilos de nylon que se encargan de recoger los movimientos de su muñeca y transmitirlos a unos dedos bastante grandes, por lo que no alcanzan a cerrar del todo.
Viscarra admite que no es perfecta, pero con ella puede realizar muchas tareas básicas y cotidianas bastante simples, como agarrar vasos o frascos, así como también una variedad de objetos que antes no era capaz de sostener.
¿Cómo partió todo?
Al inicio, partió con una mano muy precaria, la cual consistía en una especie de pinza que al menos le ayudaba a levantar distintos objetos. Luego de eso, avanzó un poco a nivel tecnológico y consiguió una mano mecanizada, pero que no le encajaba del todo bien.
Así comenzaron sus investigaciones y conoció la historia de un niño francés que fue el primero en tener una prótesis de esta categoría, a raíz de eso encontró una fundación estadounidense encargada de fabricarlas.
Con el contacto de un familiar alojado en Estaos Unidos consiguió que le enviaran una mano robótica, aunque era demasiado grande y no le servía. El joven se inspiró en esta prótesis para crear la suya propia.
Una vez con el diseño y la idea, acudió al Instituto de Robótica Sawers en su ciudad de residencia (Cochabamba) y allí le ayudaron a traerla a la realidad con la ayuda de una impresora 3D y todos los conocimientos empleados por Viscarra.
Así fue como consiguió tener una prótesis de su mano por menos de 100 dólares, cuando productos de este tipo pueden alcanzar los 15.000 dólares en el mercado.
Cabe destacar que esta no ha sido la única prótesis que ha construido, ya que hizo lo mismo para una niña de 7 años, pero adaptándola a sus medidas y siendo más preciso con el tamaño y la funcionalidad.